Se denomina lied a un tipo de canción breve típica del romanticismo, escrita para una sola voz y casi siempre con un acompañamiento de piano de gran relevancia expresiva. La música del lied tiene un carácter íntimo y está inspirada en los textos de un poema, de modo que, la fusión de poesía y música emocionan y atrapan con facilidad al oyente atento.
Para comprender los lieder, es muy importante entender el texto original para disfrutar del milagro que supone el captar los sentimientos del poeta y del compositor. Quizás el maestro que con más naturalidad y arte los escribió fue Franz Schubert y precisamente hoy hablamos con la persona que mejor nos ha permitido conocerlos y comprenderlos gracias a la recopilación y traducción que llevó a cabo de los cerca de 750 lieder y que Hiperión editó en 2005 sobre el corpus del compositor austriaco.
Fernando Pérez Cárceles es ingeniero, profesor de matemáticas jubilado y un apasionado por el mundo de la cultura, especialmente del teatro y de la música. Nos cuenta que un día, buscando traducciones de los lieder de Schubert, se desesperó por sus pobres resultados a pesar invertir su tiempo en ello. Se dijo entonces: ¿Y por qué no los traduzco yo?. Al cabo de tres años estaban completos los tres tomos con los textos en alemán y español, junto a interesantes comentarios e información complementaria sobre poetas y conceptos relevantes.
Después de Schubert llegaron las ediciones de las traducciones de lieder de Gustav y Alma Mahler, Robert Schumann y Richard Strauss, aunque también ha trabajado la obra de otros músicos: “Al acabar Schubert traducía sin orden y concierto algo de Mahler y de Strauss, pero el pianista y catedrático de canto Miguel Zanetti y mi amigo Rafa Pérez Mengual, me pidieron que tradujese a Hugo Wolf. Posteriormente he traducido a Brahms, Clara Schumann, Felix Mendelssohn Bartholdy y a su hermana Fanny Hensel”.
La expresión “traduttore, traditore” refleja que el traductor es un poco autor al aportar su impronta personal. Fernando prefiere decir que practica el extraño arte de la traducción y nos recuerda la respuesta de Borges a la expresión italiana: “Es cierto. Sin embargo todo el mundo habla muy bien de la literatura rusa”.
Traducir un texto a otra lengua, para Pérez Cárceles es “experimentar la ilusión de recrear una poesía, porque uno ve cómo nace un verso y se hace entendible en español, aunque eres consciente de que a veces alguno te sale un tanto cruzado”. Fernando confiesa que, a veces, pierde la rima y tiene la impresión de que se ha quedado cojo en algún verso al optar por una acepción de una determinada palabra que puede no ser la más adecuada.
Este ingeniero apasionado por los lieder, cree que los músicos que han elegido los mejores textos para componerlos fueron Robert Schumann y Hugo Wolf. Para él, Wolf es el que ha sido el compositor más fiel a los textos: “Sus grandes ciclos los titula Gedichte von Eduard Mórike o von J. W. v. Goethe. La palabra Gedichte significa “Poesías”, con lo que el músico muestra por donde van los tiros”. Y añade: “Tampoco podemos olvidar al Schubert de los poemas de Goethe, como Margarita en la rueca, ni al de los ciclos La bella molinera y Viaje de invierno”.
El lector intuirá que la cabeza y el corazón de Fernando Pérez Cárceles ya trabaja en otros proyectos: “En junio de este año me he embarcado en la aventura de hacer Todo Mozart, siguiendo el orden de la Neue Mozart Ausgabe (Nueva edición de Mozart) y consultando todas sus partituras editadas por la editorial Internationale Stiftung Mozart y que han sido publicadas por la editorial Bärenreiter de Kassel”.
Es una suerte para los melómanos que existan personas como Fernando, un hombre apasionado por el mundo del lied y con un rigor e ímpetu que no han pasado desapercibido para la editorial Hiperión y el mundo de la música en general.
Mi más sincera enhorabuena, Herr Profesor.