¡Empieza el ciclo de Cammerata! En su segunda temporada sus intérpretes nos proponen el primero de los tres programas de excepción que han preparado dentro de una filosofía de ofrecer una música diferente y con la máxima calidad.
La sección de violonchelos de Cammerata está representada en esta ocasión por Irene Ortega y los dos hermanos Meseguer Luján, componentes de esta orquesta de cuerda que han pasado anteriormente por Música Inesperada para contarnos otros proyectos e intenciones. Hoy hablamos con Gonzalo Meseguer, intérprete de una sólida formación que como su hermano Lorenzo tuvo el mérito y el privilegio de completar sus estudios de máster en el Mozarteum Universität de Salzburgo. En la actualidad Gonzalo imparte docencia en los Conservatorios de Lorca y de Molina de Segura.
Este concierto de Cammerata tiene muchísimos atractivos además de la contribución de Joaquín Riquelme, violista de la Filarmónica de Berlín. Por ello, le he pedido a Gonzalo que nos hable de la Serenata de Cuerdas de Elgar, obra que el compositor estrenó en privado en 1892 con la Worcester Ladies’ Orchestral Class, formada por músicos que no eran profesionales: “La composición es una adaptación de una suite que Elgar escribió años antes y que era una obra de fondo de la que se sintió muy orgulloso. Además, tiene un carácter íntimo porque la compuso para celebrar el tercer aniversario de su matrimonio con Alice”.
Finalmente, la Serenata para cuerdas de Elgar tuvo su primera interpretación pública en Amberes en el año 1896. Meseguer comenta que “es una obra cíclica, muy del gusto del compositor, lo que recuerda a su Concierto para violonchelo, el cual acaba tal cual empieza”.
Sobre el primer movimiento, Gonzalo resalta su carácter pastoril y vivo: “las violas introducen un ritmo perpetuo de danza popular que alterna con el lirismo de los violines, lo que recuerda a la serenata italiana de Hugo Wolf”. Del segundo movimiento este chelista afirma que “es el mas maduro de los tres, con unas modulaciones, un lirismo y una serenidad que son características de las obras posteriores del compositor. Elgar genera una atmósfera casi sacra, melancólica, donde se produce un diálogo perfecto entre todas las voces para alcanzar un climax armónico y melódico”.
Los chelos introducen con una nota pedal el ultimo movimiento que es de un carácter más ligero y vital que los anteriores: “Precisamente los violonchelos y los contrabajos intentan empujar a la orquesta hacia un nuevo tema más alegre y campechano que es contestado por el resto de las voces pero que no llega a desarrollarse, ya que la orquesta de cuerdas retoma nuevamente el primer movimiento y se completa así el ciclo de la obra”.
La obra es impresionante, pero en manos de Cammerata es además un ejercicio de complicidad, lirismo, afinación y recursos técnicos sin par.
¡Avisados quedan ustedes!
Lunes 17 de octubre, 20 horas. I Concierto del Ciclo de Cammerata. Obras de Elgar, Brotons, Suk, Grieg, Dvorak, Holst, Shostakovich y Chaikovsky, entre otros.