Hace algunos años que leí por primera vez acerca de la increíble historia de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura. Pero quería escribir un artículo que estuviera a la altura de la peripecia vital y musical de este grupo de personas que me parecía tan maravillosa, y he ido aplazando la tarea año tras año. Pero la próxima visita de esta Orquesta a Madrid y San Sebastián me obliga (y me da la oportunidad) a hablar por fin de ellos.
Cateura es un vertedero, el más grande de Paraguay, ubicado en su capital, Asunción. Alrededor de esta zona degradada, en la comunidad del Bañado Sur, niños en una situación de supervivencia muy precaria han crecido recogiendo desechos de la basura para reutilizarlos en su vida diaria. En este entorno, la educación se ejerce contra unas circunstancias extremas. Y la educación musical, un lujo que estos chavales no podían ni soñar. Hasta que conocieron a Favio Chávez.
Favio Chávez es un técnico ambiental paraguayo enamorado de la música. Desde que de pequeño aprendió a tocar la guitarra ha formado parte de varios grupos musicales, ha participado en el coro de su ciudad natal, Carapeguá, y ha dado clases en un instituto. Su curiosidad e inquietud cultural y humanística es inmensa, y lo ha llevado a estudiar teología, filosofía y finalmente ingeniería en ecología humana en la Universidad Nacional de Asunción.
“Por esa carrera fui a trabajar a Cateura como técnico ambiental. Cuando trabajé en el vertedero comencé a enseñar música a los niños. Primeramente, a los hijos de las personas que trabajaban en la planta de procesamiento de residuos; luego se abrió a la comunidad y ahí comenzó la historia de enseñar música en ese lugar, en ese contexto”.
De la unión de la pasión musical, la falta de recursos y la abundancia de residuos surgió la idea de aprovechar estos para crear instrumentos nuevos con los que trabajar.
“Para nosotros fue fácil porque dábamos clases de música en el mismo lugar donde se trabajaba, en la planta de procesamiento de residuos sólidos. Solo teníamos que extender la mano y agarrar materiales que llegaban todos los días por toneladas”.
Los primeros instrumentos fueron algunos de percusión y uno de viento. Y después, un improbable violín fabricado a partir de un viejo colador de acero y una tubería. Al principio, Favio Chávez impulsó la creación de estos objetos más para educar sobre la importancia del reciclaje que porque realmente pensara que esos instrumentos pudieran utilizarse realmente.
Pero la sorpresa fue que los chavales comenzaron a crear verdadera música con ellos. A partir de ahí encontraron la ayuda de Nicolás Gómez, albañil y ganchero, que les ayudó a trabajar los materiales, aprendiendo al mismo tiempo que ellos el oficio de una improvisada luthería, surgida de la creatividad, el afán, el ingenio y la audacia.
Los instrumentos se multiplicaban, la música generada con ellos mejoraba, los alumnos aumentaban hasta que llamaron la atención de la productora Alejandra Amarilla y la directora Juana Peña Aranda, quienes tuvieron la idea de desarrollar un documental acerca de su aventura. La difusión en las redes de un esbozo de su proyecto estalló en poco tiempo, de modo que cambiaron el guión y emprendieron el desarrollo de un documental de 90minutos, una obra dirigida por el estadounidense Graham Townsley que culminó el viaje a la fama de la Orquesta de Cateura.
Desde entonces hasta ahora su aventura los ha llevado a telonear al grupo Metallica, a compartir actuación con un grupo de Heavy Metal de la talla de Megadeath, a se apadrinados por la reina Sofía, a acompañar a Ara Malikian y a Raphael, y ahora también, a actuar en el Teatro Real de Madrid y el Kursaal de San Sebastián.
Gracias a esta explosión de popularidad, la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura dispone de recursos para crecer, desarrollarse e incluso para comprar instrumentos tradicionales. Pero no lo harán porque, según Favio Chávez, rompería con la filosofía de la comunidad.
“Los instrumentos reciclados forman parte del proceso, no son el final. En la mayoría de los casos, los chicos vienen sin padre ni madre; a veces pasa un año sin que sepamos quiénes son sus padres… esos chicos, por lo general, no tienen la experiencia ni antecedentes ni habilidad para cuidar un instrumento, de saber cómo hay que tener cuidado para que ese instrumento no se rompa. Y a veces no vienen con la disciplina y obediencia que se puede controlar en una escuela de música formal”,
Por eso todos los niños y jóvenes principiantes usarán instrumentos reciclados, y sólo los avanzados utilizarán los tradicionales.
“Imaginate un niño con su casa inundada, ¿cómo va a trasladar un chelo o contrabajo de madera con esta situación? Para cambiar la vida de un chico tienen que pasar cosas más complejas en relación a su familia, a él mismo, porque la pobreza no es una condición; es una forma de ser. La pobreza es una actitud, y estos chicos están camino a superarla”
Hoy aprenden música en Cateura cientos de personas gracias a la escuela que dirige Chávez, y representantes del grupo han recorrido más de 25 países mostrando su arte y la fuerza de su pasión.
Estarán acompañados por los niños de La Música del Reciclaje, un proyecto inspirado en Cateura e impulsado por Ecoembes, una organización nacida para fomentar el cuidado del medio ambiente a través del reciclaje y el ecodiseño de los envases en España, e inspirado en la orquesta original en el que participan jóvenes en situación de riesgo de exclusión social del centro madrileño CEIP Manuel Núñez de Arenas y la residencia materno-infantil Villa Paz.
Las fechas y lugares de los conciertos en España:
Fuentes: