La conexión natural | Música inesperada

 

 

El concierto de violonchelo por antonomasia es el que compuso Antonin Dvorak en el invierno de 1894-95. Esta obra supuso un hito en la historia del instrumento al suponer una revolución para el mismo y convertirse  en una obra tan popular como su Sinfonía del Nuevo Mundo.

El próximo miércoles, Lorenzo Meseguer y la OSRM dirigida por Virginia Martínez nos ofrecen su versión del Concierto para violonchelo y orquesta en si menor, opus 104 de Dvorak, así que les he pedido a la directora titular y a cinco de los profesores que tocarán la obra, que formulen al intérprete una serie de preguntas que nos acerquen a esta espléndida composición y nos muestren la visión y la personalidad de Lorenzo Meseguer.

Daniele Pagella es violista de la OSRM comenta el hecho de que el concierto de Dvorak lo estrenara en 1896 Leo Stern cuando inicialmente fue escrito para el famoso chelista checo Hanus Wihan. Este último había propuesto modificaciones que no fueron del agrado del compositor pero que despiertan la curiosidad de Pagella sobre si hubiesen mejorado el concierto. Para Lorenzo, “la propuesta de Wihan que aparece en las partituras del editor Simrock intenta facilitar los pasajes más complejos e incluye una cadencia final que finalmente descartó Dvorak. En su lugar retoca el final del concierto añadiendo sesenta compases más a modo de epílogo y oda a Josefine Kounicova, su amor de juventud que acababa de fallecer”. Meseguer opina que esta obra se puede considerar como una sinfonía concertante de peculiar estructura, con una introducción de casi cuatro minutos donde clarinete y trompa exponen los dos grandes temas para ceder el protagonismo al violonchelo en un comienzo recitativo y de carácter heroico.

La violonchelista Teresa Simoni pregunta a Lorenzo sobre que intérprete le gusta más para este concierto: “No sabría decir uno, creo que todos los grandes chelistas del siglo XX  y de la actualidad han aportado algo a la leyenda de esta gran obra y tienen cosas que me gustan. En directo me sorprendió la primera vez que lo escuché, siendo yo un niño, a Miguel Ángel Clares con la OSRM. La presencia y el dominio que tenía Clares llenaba el escenario y ver a todo el mundo respirar con su música me impactó”. 

Andrea Rescaglio es el primer contrabajo de la OSRM y plantea qué es lo más importante que le han enseñado a Meseguer sobre este concierto: “Todos los profesores que he tenido han dejado su grano de arena, pero las dos personas que me han aportado más cosas sobre esta obra han sido el violinista Gordan Nikolich (concertino de London Symphony) y Thomas Hengelbrock mi mentor en la orquesta historicista de Friburgo”. Para Lorenzo, estos músicos le han hecho ver el ámbito interpretativo desde la perspectiva humanista y el considerar los recursos expresivos sonoros más centrados en el lirismo y en la técnica vocal. “Recuerdo la última vez que lo preparé con Hengelbrock – nos cuenta el chelista -. Estábamos en el Konzerthaus Dortmund tras una eterna grabación y nos quedamos toda la noche trabajando solos. Creo que esto me ayudó a encontrar la sonoridad que quiero”.

David Martínez es uno de los mejores violinistas de nuestra orquesta y lo que más le interesa es conocer en qué ha cambiado la visión de Lorenzo Meseguer sobre el concierto de Dvorak desde la primera vez que lo interpretó: “La primera vez que lo toqué en público fue en Alemania cuando tenía 16 años. Lo trabajé con Wolfgang Boettcher, primer chelista de la Filarmónica de Berlín, que me ayudó con todas las claves  del concierto, me indicó pequeños trucos para los pasajes mas difíciles, me contó mil anécdotas de las grabaciones con Rostropovich en la época de Karajan y me llenó la partitura con cientos de anotaciones hasta el punto de no ver casi las notas”. A pesar de todo, este chelista considera como muy importantes todas las experiencias musicales y vivencias compartidas con los músicos que ha tocado, que quedaron en la conciencia y le ayudaron a construir su forma interpretativa.

Virginia Martínez ya dirigió la OSRM hace dos años cuando Lorenzo Meseguer interpretó este concierto en Murcia. Según ella, es muy probable que las vivencias personales y profesionales del solista durante este tiempo, den lugar el miércoles a una interpretación diferente: “Dos años es un espacio muy breve de tiempo pero es periodo donde han pasado muchas cosas. Destacaría mi paso por la orquesta Balthasar-Neumann de Friburgo donde he trabajado junto a grandes cantantes, escenógrafos, directores, solistas y compañeros que me han formado en aspectos más humanistas que me hacen valorar más el contenido de la música”.

Hace algunas semanas tuvimos la oportunidad de conocer de cerca a la violinista rusa Olga Tinibaeva. A esta profesora de la OSRM le gustaría saber cuál ha sido la impresión musical más fuerte en la vida de Lorenzo: “Poco antes de fallecer Paco de Lucía, dio un concierto en el Festpielhaus de Salzburgo, ciudad donde estudiaba yo entonces. Jamás vi una ovación mayor tras casi tres horas de música ininterrumpidas. Fue impresionante. Es en esos momentos cuando reconoces y valoras la grandeza y genialidad de un artista y el poder arrollador que tiene la música sin que importe la cultura, la nacionalidad o el idioma.”

A modo de reflexión, Lorenzo nos confiesa que “en este preciso momento de la historia donde todo pasa muy rápido y lo que importa es la inmediatez del ahora, hemos perdido la perspectiva del sentido y de la naturaleza de las cosas. A veces olvidamos lo fundamental que es en nuestra existencia el arte como proceso creativo y en consecuencia, la música. El significado de lo que hacemos y saber transmitirlo es lo que verdaderamente importa, ya que es lo que nos conecta y hace que despertemos los sentimientos de otras personas”.

Estamos casi al final de la temporada musical. La OSRM está en un estado de forma increíble y la visita de un músico del nivel de Lorenzo Meseguer es un atractivo irresistible para los que necesitamos de la cultura. El programa que ha preparado Promúsica es perfecto para que surja magia en esta conjunción de talentos.

 

Miércoles 24 de mayo. 20 horas. Auditorio de Murcia. Obertura de las Bodas de Fígaro de Mozart, Concierto de violonchelo y orquesta de Dvorak y Segunda sinfonía de Beethoven. Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. Lorenzo Meseguer (violonchelo). Virginia Martínez (Directora titular).

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