Nos referimos sin duda a la viola de arco medieval, a su primo el rebec o rabel, a la vihuela de arco, la fidula, la viela o la giga… que, pese a quien pese todos estos instrumentos, son lo mismo en distintas modalidades.
No busquemos la estandarización en una visión lógica y simplista del siglo XXI, cada artesano, e incluso llevándolo más lejos cada músico, investigaba, modificaba, inventaba, añadía y adaptaba a su antojo y según sus necesidades. Así vemos cuerpos ovalados, ochavados, ojivales, cuadrados, trapezoidales, con cinturas pronunciadas… diapasones sobreelevados, batidores planos, curvos, enrasados con la caja; con tapas de maderas, de piel, con cordal, sin ellos, con dos a seis cuerdas, con cuerdas para pulsar añadidas a un lateral. Dependerá de los usos y costumbres de cada zona, de los materiales disponibles, de las habilidades de cada artesano, de las peticiones del músico…