No me «baciles», querida | Música inesperada

ee990021d95c7457cbc6160b0176a833

La Música y la Medicina están ligadas por fuertes lazos humanísticos. Por ello, los avances médicos se han reflejado en la historia de la música y en la vida de sus creadores. Uno de los ejemplos más llamativos en este sentido lo tenemos con la tuberculosis, enfermedad infecciosa producida por el bacilo que Koch descubrió en 1892.

Antes de este importante descubrimiento científico que cambió la historia de la Medicina, la tuberculosis era considerada como un estado de la constitución de determinadas personas. En la época pre-antibiótica, la tuberculosis era una enfermedad romántica propia de artistas son especial sensibilidad y una vida llena de penurias. Incluso los musicólogos de la época asociaban este estado constitucional con la delicadeza y turbulencia de las composiciones escritas por Chopin.

Verdi estrena La traviata en Venecia en 1853. Esta ópera, como saben ustedes, se basa en la bella e intensa historia de amor entre Alfredo y Violeta, que con la orquestación del compositor italiano, se ha convertido en una de las obras musicales más importantes para la Humanidad. Cuando Violeta contrae la tuberculosis, tanto Alfredo como su padre la visitan en su lecho de muerte mostrando sus sentimientos con una credibilidad absoluta. Alfredo está enamorado y es correspondido, lo que no tiene reparo en expresar con pasión y libertad ante una mujer con una enfermedad que hasta la fecha no era considerada como contagiosa.

Nos trasladamos al Turín de 1896. En ese año, Puccini estrena La boheme. El genio de Lucca (Italia) es un compositor de óperas singular por el tratamiento de los personajes femeninos. Decía Nestor Luján que “pocos hombres han conocido tan astutamente los resortes de la teatralidad, el juego escénico y el comercio lírico de las emociones” como él. Los protagonistas de esta maravillosa ópera son Rodolfo y Mimí, que en el primer acto se confiesan su amor con una dulzura y delicadeza casi insoportables para nuestros corazones. Sin embargo, cuando Rodolfo descubre que Mimí está enferma de tuberculosis, la deja marchar con otro hombre que la puede proteger del frío y cuidarla mejor. Aunque esta renuncia podría etiquetarse de gesto de nobleza y amor, hay que recordar que en el momento del estreno de La boheme hacía catorce años que la tisis tenía la consideración de enfermedad infecto-contagiosa y que Rodolfo sabía que los bacilos de Mimí podrían llegar perfectamente a sus enamorados pulmones.

Cuando los médicos revisamos los historiales clínicos de los compositores del pasado, tenemos la sensación de que hoy, con todos los avances científicos y tecnológicos, hubiésemos alargado sus vidas y, de este modo, incrementado sus catálogos artísticos. Lo que sí es seguro es que, en su momento, los músicos necesitaron de toda nuestra humanidad como médicos para enfrentarse a enfermedades que amenazaron su existencia, obra y relaciones personales. Pero estas historias las dejo para la charla que daré el jueves en el Colegio de Médicos y a la que están todos ustedes invitados.

 

Jueves 23 de mayo, 19 horas. Ilustre Colegio de Médicos de la Región de Murcia. Conferencia: “Médicos célebres y enfermedad”. Carlos Escobar (Médico otorrinolaringólogo, profesor asociado de la UMU y divulgador musical).

 

Source link

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Scroll al inicio