Cuando alguien menciona “música de cámara” o “cuarteto de cuerda”, en seguida fruncimos el ceño, nos ponemos serios y pensamos en música clásica sólo para melómanos. Ciertamente la música de cámara, y el formato de cuarteto de cuerda en particular es, en mi opinión, uno de los mejores entornos en los que un violinista puede desarrollarse como músico. A diferencia de lo que ocurre en una orquesta no hay director, podemos escuchar perfectamente al resto de nuestra agrupación, la música se pone en común entre el grupo, y al tocarla reaccionamos armonizándonos con ellos de forma sincrónica, asemejándonos por tanto en la actitud a la hora de tocar a los grupos de música popular.
Muchos otros grupos de cuerda -quizás el más emblemático sería el mítico Kronos Quartet– ya han incursionado en músicas “no clásicas”, lo que les permite interesantes experimentos de fusión, y en España probablemente el más interesante es el que aquí os traigo: los barceloneses Aúpa Quartet.
Aúpa Quartet trabajan con músicas cercanas, populares, principalmente jazz y su infinito mundo de posibilidades, pero también pop y rock, funk, incluso flamenco, pasado por el formato clásico, lo que se decanta en un estilo irresistiblemente personal. Su perspectiva heterodoxa les permite tomar ciertas libertades, como la improvisación, el tratamiento percusivo de los instrumentos, la actitud y posturas al tocar, etc.
Creo que sus actuaciones son una experiencia absolutamente gozosa y energética para cualquiera, pero probablemente puede ser especialmente iluminadora para los formados en un ámbito clásico.
Por primera vez van a actuar en Madrid así que los que podáis estar por aquí no os lo deberíais perder. Podréis verlos el próximo día 2 de marzo en la sala Clamores.
En el siguiente documental podéis ver también su labor pedagógica divulgando su visión de la música que hacen para enriquecer a los alumnos de conservatorio.
