En verano vivimos más cerca nuestros semejantes. El calor nos invita a abrir ventanas y a descubrir con los sentidos algunos de los secretos al otro lado de la pared. Ludwig van Beethoven fue vecino y vivió rodeado de ellos. Su carácter huraño generó recelo entre conciudadanos que tenían muchas dificultades para llevarse bien con él. Paradojicamente, la consideración de la individualidad humana y la defensa de la libertad como catalizadora del destino, fueron los elementos capitales de la obra del compositor de Bonn. Imaginen, años más tarde, la sorpresa de los vecinos al recibir del músico el legado más humanista y profundo que jamás podrían haber imaginado.
Beethoven compuso una única ópera, Fidelio, una oda a la Libertad y una auténtica llamada a la Humanidad con una alta dosis de moralidad muy intrincada en la vida real. La trama transcurre en una cárcel de Sevilla del siglo XVII que el maestro inunda con una música sublime y que refleja de una manera definitiva el contraste existente entre la oscuridad de la prisión y la luminosidad de la justicia. Todo un manifiesto apasionado contra las prisiones de cualquier índole, basándose en un hecho real acontecido durante la Revolución Francesa.
La fuerza moral de la ópera Fidelio se ve incrementada por la intensidad con la que Florestan y Leonora viven su amor conyugal, aderezada con una música de gran pureza caracterizada por la emoción, los acentos y el dramatismo a la que Beethoven dedicó doce años de su vida. Leonora es la esposa de un preso político encarcelado hace más de dos años por el malvado y corrupto Pizarro y que tiene la valentía de disfrazarse de hombre (Fidelio) para solicitar un trabajo como ayudante del carcelero Rocco y así liberar a su marido.
Uno de los momentos más interesantes en Fidelio con los que el músico alemán mejor ilumina la lúgubre cárcel sevillana es el cuarteto vocal del primer acto “Mir ist so wunderbar … “(“Qué sentimiento extraño…”) en el que Marcelina, la hija del carcelero; Fidelio, Rocco y Jacquino, el portero de la prisión, expresan sus sentimientos más íntimos. En hecho de que las cuatro voces desnuden sus emociones simultáneamente sólo es posible en una ópera y Beethoven es un maestro de instantes mágicos como apreciarán en el video adjunto.
Mientras Marcelina expresa su amor hacia el desconocido Fidelio, éste es consciente de ello, pero su preocupación se centra en el rescate de su amado esposo, empresa con alto riesgo y con escasas esperanzas de llevar a cabo felizmente. Rocco declara su convicción de que Fidelio es la pareja ideal para su hija y, finalmente, Jacquino transmite su desesperación por la indiferencia de Marcelina.
Este cuarteto es uno de los más célebres de la historia de la música. En él las cuatro voces forman un canon con una estructura extraordinaria que facilita la declaración simultánea de sentimientos tan dispares como el amor, la confianza, la ansiedad y la desesperación. El impacto emocional es terrible para el oyente que maneja la cruda realidad desconocida para los cuatro personajes. En breve Marcelina verá como se rompe su corazón al descubrir que su futuro marido es una mujer; Rocco verá que el futuro de su hija se esfuma; Leonora (Fidelio) teme por la vida de Florestan y se siente angustiada por si llegará a tiempo de salvarle y nadie sabe como va a terminar la historia entre Jacquino y Marcelina.
Les recomiendo que escuchen este fragmento de Fidelio en el que no necesitan el texto. Beethoven nos habla de la vida de personas honradas y decentes que tienen proyectos de vida que en entran en conflicto simplemente porque así es la existencia humana. A veces los sueños no se cumplen y no es porque alguien atente contra ellos.
El arte de Beethoven nos acerca a la condición humana, a lo que significa sacrificarse por amor y a lo inevitables que son las lágrimas cuando te tocan el corazón.
¡Ojalá que mi vecino del próximo verano sea tan gruñón como Don Luis!
